A fines de los años 70, durante un paseo en lancha a la playa de Las Ánimas, Josefina Partida se enamoró de este lugar. Sus montañas de selva tropical, sus playas de arena blanca y su mar azul cristalino hicieron que quisiera quedarse ahí por siempre. Después de varias visitas decidió que esta playa era la que quería para construir su paraíso en la tierra. Ese mismo día, en una servilleta de papel, Don Jesús Andrade, miembro de la Comunidad Indígena de Chacala, y Josefina firmaron el contrato que dio comienzo a esta aventura.
Un pedazo de paraíso en el corazón del Pacífico mexicano, donde puedes olvidarte de todo… Un santuario natural, exclusivo, tranquilo, orgánico, divertido, espiritual, amigable, único… ¡Espectacular! Hay tantos y tantos adjetivos para describir Casitas Maraika, que no existe espacio para escribirlos todos. ¡Es simplemente divino!
Nora Sánchez Alemán
Maravilloso lugar, jungla, playa, palmeras, música, vista, definitivamente Casitas Maraika es un lugar donde te puedes desconectar y disfrutar de toda la belleza que lo rodea. La comida es deliciosa y el bartender crea los cockteles más deliciosos que tu paladar pueda disfrutar. Sumamente recomendable.
Mari Mebe
La visita a Casitas Maraika es toda una experiencia, de mis lugares favoritos en Bahía de Banderas. Excelente ambiente, excelente atención y precioso lugar. La comida es deliciosa y los meseros muy amables y atentos en todo momento.